martes, 3 de mayo de 2011

Un brillo en el espejo

Después de tanto tiempo, hoy me desperté optimista. Cauteloso, es cierto, pero sintiéndome mejor y casi casi sonriendo. Hoy me desperté y el cielo era de nuevo el que recordaba, con su azul y su enormidad.
    En el espejo, al fin, pude verme otra vez. Mis ojos volvían a mirarme de ese modo que hace tanto no usaban en el reflejo. Una levísima sonrisa en el espejo por el brillo que encontré en mis ojos. A veces pensaba que se había perdido para siempre, que tenía que buscar uno nuevo; pero hoy estaba ahí, apenas visible atrás de tanta niebla, pero inconfundible.
    Hoy me desperté queriendo ser yo el que abraza y no mi tristeza. La diferencia es evidente. Hoy puedo ser yo de nuevo y no esperar a que me ayuden a ser yo de nuevo. Hoy puedo estar solo sin sentir que me acompaña la pura soledad.
    Con cuidado, saco los ojos de debajo de las cobijas y miro de nuevo al mundo; con cuidado, hoy puedo esbozar una leve sonrisa y esperar que los ojos del espejo mañana me miren otra vez así.

Juan Manuel Ruisánchez Serra.
Aubin Arroyo. San Pedro de Atacama.