Me gustaría, por una vez, no ser el que escribe. No es que no me guste ser el que te inventa o te describe. No es que no disfrute imaginándote, observándote hacer lo que yo quiera. Sólo quisiera saber lo que se siente ser el inventado, el descrito, el imaginado, el observado haciendo lo que tú quieras que haga.
Me gustaría, aunque sea por esta vez, no tener la pluma en la mano, la hoja en blanco enfrente, la cabeza ocupada pensando qué quiero hoy. Me encantaría que fueras tú, aunque sea por esta vez, la que me vieras parado en mi ventana, la que te preguntaras cuál, de todas tus miradas, será la que me encuentre sonriendo. Aunque sea por esta vez, aunque sólo fuera hoy, me encantaría ser tu personaje.
Este proyecto nació de una crisis, de un reencuentro y de cosas que dos amigos comparten hace casi 20 años. Textos escritos, uno cada día, leídos, uno cada día, y las imágenes que invocaron. Escribir y fotografiar han sido los medios de expresión y comunión por tantos años, que es un inmenso placer volver a juntarlos.
Publicamos un texto y la imagen que le corresponde, en el orden en que fueron escritos, uno cada día. Vale la pena leerlos en ese orden, pues fue el camino.